Hace un par de meses mi amiga Susana me comentó que quería hacer un detalle a unas amigas y familiares el último día que era camarera de la virgen de su pueblo. La verdad es que en principio yo en temas religiosos no estoy muy puesta pero ella muy amablemente me explicó en qué consistía todo el proceso y el remate final de su año como Camarera de la Mare de Deu de Font de la Figuera.
Me comentó que en principio le apetecía un broche pero no tenía muy claro como, el caso es que me envió una foto de un broche que había visto y me dijo que le apetecía algo parecido.
Me puse manos a la obra y tras hacer un par de broches de prueba que me parecieron bastante acertados con respecto a lo que quería le envié fotos de las dos pruebas, le gustaron los dos pero la cosa se quedó parada porque su abuelita enfermó hasta que por desgracia falleció.
Como no quería agobiar y sabía de que colores iban a ser sus vestidos (uno de ellos obviamente negro y el otro gris), al igual que su color favorito (en eso tenemos las dos el mismo buen gusto 😉 puesto que nos gustan los morados) y que llevaría un lazo con una imagen de la virgen colgando, con todos esos detalles me puse a buscar los materiales adecuados para la idea que se me había ocurrido. Lo que más me costó encontrar fue el camafeo (ya que lo de la virgen fue realmente imposible) del tamaño que yo quería y de los colores que iba buscando, pero al final lo encontré en http://www.scrapyabalorios.com/ y en la entrada del último pedido tengo puesta una foto con el camafeo.
Al final tras hacer varias pruebas decidí que este era el más adecuado porque lleva el gris de uno de sus vestidos en cinta y puntilla, el negro de otro de sus vestidos en la flor, cinta morada que es su color, el camafeo y las plumas que sé que le gustan dándole un toque muy lindo (lo siento pero es que no soy nada objetiva :-)).
Al principio quería que fuera una sorpresa porque ella estaba convencida de que al final no iba a poder hacer ningún detalle por falta de tiempo, etc., pero al final me supo mal y se lo comenté que lo había hecho y le envié una foto con el broche el cual le gustó, ufffffffff que alegría. Otro día quedamos y le mostré uno para que viera el resultado final.
Por último la idea que se me ocurrió para el envoltorio también le gustó ya que no me apetecía que se viera por lo tanto descarté las bolsas trasparente, las de organza ya están muy vistas y se me ocurrió que para que nadie se imaginara nada envolver cada broche en papel haciendo forma de caramelo para que nadie se imaginara lo que había dentro.
La verdad es que quedaron muy simpáticos,cuando los repartió nadie se imaginaba lo que había dentro y todas se llevaron una sorpresa, que eso era lo que al fin y al cabo íbamos buscando.
Pues esta es la historia del broche vintage Susana :-). Gracias por confiar en mí, animarme ha hacer cosa distintas con las que me divertí tanto y que desde luego pienso hacer más.